Nos vemos, amigo...
Leo,
Cuando traigo tu recuerdo a mi mente viene siempre la misma imagen: Amanecía en el Ampurdà, el sol cálido de un nuevo día de verano nos iluminaba. eramos jóvenes, con toda la vida por delante. Disfrutabamos de ese momento. Reíamos, nos divertíamos. No recuerdo las palabras pero si sé, que en ese preciso momento, eramos felices.
Coincidimos esporádicamente, pero siempre eran encuentros intensos. El brillo en tus ojos, reflejo de la vida, de tu espíritu noble. Tu sonrisa franca. Tus palabras siempre positivas, como acariciando el alma... Tu alegría...
En el bar de Luis, los conciertos de Alex, la noche de Barcelona... La última vez fue en casa, pocos días antes de marchar a Canadá. Quedamos para cenar. Hacía tiempo que no nos veíamos. Monice y Tú, nos presentasteis a la pequeña y dulce Dakota. Nos hablaste como siempre, con entusiasmo, de tus planes en el nuevo país, de como todo iba a ir bien.
Y así fué. Supongo que cumpliste con tu sueño. Pero te fuiste tan pronto...
Creo que todo tiene un sentido y un porqué.
Tu partida me recuerda, me enseña, que el tiempo se puede acabar, sin avisar, en un suspiro. No debemos pues perderlo en actos inútiles. No debemos perder las oportunidades que nos brinda la vida para demostrar nuestro amor a las personas que vinieron aquí, con nosotros. Los momentos felices que pasemos junto a ellos, en realidad con cualquiera, son nuestro tesoro más valioso. lo único que nos llevaremos, lo único que les dejaremos.
Tú, Leo, te llevas un cofre lleno de tesoros! Y con tus regalos nos has hecho mejores.
Soy de los que cree que la vida es un transito, una escuela en la que venimos a mejorar, a ser menos egoístas, a encontrar la Paz, que es la felicidad con mayúsculas. Tú estabas ya muy cerca. Y sé amigo, estoy convencido, de que nos volveremos a encontrar en el camino.
Un abrazo fuerte, largo... y... Hasta muy pronto! :-)
Gara, Mone y Jochi.
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