Sólo uno entre millones de personas
Querido Leo.
Llevo unos días en los que me he dado cuenta que nadie necesita ayuda para estar triste. Estamos todos consternados con tu muerte, y yo sigo teniendo miedo de aceptar que ya no estés entre nosotros. A medida que pasan los días, estoy más convencido que debo enfrentarme a ese miedo porque es mi mayor freno y enemigo.
Llevo muy pocas horas en las que estoy dejando de escuchar a mi mente, y si estoy prestando atención a mi corazón, ya que en la mente sólo veo sufrimiento, miedo a la realidad, miedo no saber como reaccionar, miedo a si sabre estar a la altura de las circunstancias, miedo a mostrar mis debilidades,
El Domingo partí desde Barcelona a Vancouver y en el avión cogí una libreta y empecé a escribirte desordenadamente todo lo que sentía, así como a fijar los objetivos que quería realizar en los próximos días. El silencio de esas horas, me ayudó para encontrar mi interior y hoy quiero unir en este blog esos sentimientos así como compartirlos con tu familia y amigos.
Quizás deberíamos partir antes que nada, aceptando que todos tenemos un destino y un propósito en la vida, un don singular o un talento especial. A veces lo que vemos no es lo que es, y aunque en el inconsciente nos graban desde pequeños que muerte es sufrimiento, dolor, angustia, rabia, pena, tenemos que aceptar que vivir es arriesgare a morir. Vos no naciste para desaparecer en la historia, sino que Dios iluminó tu camino antes que el de otras personas. Dios, el único capaz de escoger el momento y el lugar, necesitaba tu alma ahora para dirigir junto a él un mundo mejor, y nos dejó tu cuerpo sin sufrimiento. Seguro que vio en vos a un ser único, (uno entre millones), capaz de desempeñar y diseñar nuevos retos y valores.
Solías decirme que después de los Juegos Olímpicos, todavía no sabías que ibas a hacer pero si estabas seguro que debería ser algo todavía más importante y de mayor impacto. Los juegos olímpicos iban a concentrar en unos meses a millones de personas de diferentes países, para demostrar la deportividad, el trabajo en equipo, para mostrar el esfuerzo, el sacrificio, y para competir por ser los mejores. Tu responsabilidad era trasladar esos valores al diseño, para que visualmente la gente pudiera entender el significado de un acontecimiento único en el mundo. Estoy seguro que pronto tu obra será contemplada por millones de personas, y verán tu trabajo y tu estilo único y personal, ya que sólo uno entre millones es el elegido para ello, y vos fuiste esa persona.
Es fundamental entender que:
Puedes obligar a aplaudir, pero no puedes obligar a sentir.
Puedes obligar a contemplar, pero no puedes obligar a entusiasmar.
Puedes obligar a que te elogien, pero no puedes obligar a despertar admiración.
Puedes obligar a reír pero no puedes obligar a emocionar y llorar
Uno de los peores pecados es no haber sido feliz en la vida. Ese no es tu caso. La felicidad no sólo tiene que ver con la posesión de bienes, que a veces son escasos, sino que hay otras formas de sentir plena felicidad. En tu caso, el cariño hacia tu familia, el amor hacia Monice y Dakota, la amistad en quienes compartías tus bromas, tus sueños, tus proyectos, en quienes mostrabas tu bondad, tu fidelidad. Aunque lo que te impulsaba a ser más feliz era tu trabajo, tu capacidad creativa, en definitiva el niño que tenías adentro, un niño imaginativo, libre, pero con un adulto arriesgado, inteligente, intuitivo, un padre ejemplar, un hermano comprensivo, seguro, apasionado y enamorado del arte.
Estoy seguro que el niño que fuiste se sentiría orgulloso de ver en el adulto que te convertiste.
Todavía deseo compartir mis pensamientos contigo, y te invito a que sigas a mi lado porque tenemos mucho camino por recorrer juntos, sólo tendremos que marcar el rumbo ya que si no sabes hacia que puerto navegas, ningún viento es bueno. Que tu luz brille siempre porque tu te lo mereces, y tu luz me iluminará.a mi también.
Tu hermano que te quiere mucho
Fede
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